La Cueva de los Verdes es la primera gruta en la que pensamos al hablar de Lanzarote. Pero, lo cierto es que existen muchas otras cuevas volcánicas que se han mantenido en secreto. Tesoros que solo una isla de volcanes puede albergar.
La lista de cuevas volcánicas que existen en Lanzarote es de lo más versátil, compleja y atractiva. Aunque pueda parecer que todas las grutas son iguales, la realidad es totalmente distinta.
La belleza que se esconde dentro de cada una de las cuevas volcánicas debe ser contemplada con detalle. En todas ellas, la historia sobre los orígenes de Lanzarote está escrita.
En sus profundidades, las especies más endémicas y desconocidas de la isla viven ajenas al mundo exterior. De hecho, existen cuevas volcánicas que han tenido que ser cerradas para preservar la supervivencia de los frágiles ecosistemas que albergan.
Si quieres descubrir cuáles son las 4 cuevas volcánicas y secretas que esconde Lanzarote, ¡sigue leyendo!
Cueva de Tahiche
La primera de las cuevas volcánicas que visitaremos se encuentra en el municipio de Teguise. Cerca de este pueblo turístico, la Cueva de Tahiche es un tubo volcánico de una profundidad de 2 y 3 metros.
Si nunca has visitado una gruta de estas características, la de Tahiche es una excelente iniciación a la vulcano-espeleología. A pesar de tener una extensión de varios metros, es una cueva pequeña.
Posee una boca amplia cubierta de un tipo de piedra típica de las zonas volcánicas: el picón. En este caso, de color rojo intenso que ya llamará nuestra atención desde el primer momento. En su interior, podremos encontrar desde goteos de lava en el techo, gateras de paredes suaves, bóvedas volcánicas y distintos tubos volcánicos estratificados.
Como curiosidad, solemos imaginar que el interior de las cuevas volcánicas son de color negro y oscuros, pero no siempre es así. Los colores van en función de los minerales que se hayan ido acumulando. En este caso, hay salas donde predomina el blanco a raíz por el yeso presente.
Cueva de Ana Viciosa
Las vistas que nos ofrece la cueva de Ana Viciosa hacia el océano es una de las más bonitas de toda la isla. Para llegar hasta ella tendremos que dirigirnos hacia la zona del Acantilado de los Cuchillos, próximo al municipio de Tinajo.
Esta gruta natural está suspedida a unos 12 metros de altura. De lejos es muy difícil verla ya que está perfectamente mimetizada con el acantilado. No obstante, es una de las cuevas secretas más especiales.
Para visitarla es importante tener conocimientos de escalada y poco vértigo o miedo a las caídas verticales. Diez metros, ni más ni menos pero que merecen la pena. Gracias a la erosión se han formado recovecos que dejan entrar la luz creando un juego de luces precioso.
¿Sabías que la Cueva de Ana Viciosa fue utilizada como refugio y fortaleza como la Cueva de los Verdes? Se empleó gracias a que ofrecía posibilidades de poder escapar por el mar. Otra de sus curiosidades está en el propio nombre. Cuentan las leyendas que en 1650, Ana Viciosa, dueña de todas las tierras de la zona, acudía a la cueva para tener encuentro amorosos con jóvenes campesinos.
Monumento Natural de La Cueva de los Naturalistas
Entre Tías y Tinajo, un gran lago de lava fruto de la erupción del volcán de Tizalaya dio lugar a la Cueva de los Naturalistas. A día de hoy, su perfecto estado de conservación y las importantes morfologías que alberga, lo clasificaron como Monumento Natural en 1994.
Nos encontramos ante una de las cuevas volcánicas más grandes de Lanzarote. Ni más ni menos que 1.600 metros de galería subterránea y 2,1 hectáreas de superficie. Aquí podremos ver ejemplos de cornisas, columnas centrales, andenes de lava o estafilitos en un estado de conservación único.
Para visitarla no es necesario pedir permisos, solo tener mucha precaución ya que es de difícil acceso por el tipo de roca del suelo. Pero la experiencia vale la pena en todos los sentidos.
Cueva de los Siete Lagos
Cerca de los Jameos del Agua, un famoso tubo volcánico conocido como Atlántida nos llevará hasta el mismísimo núcleo de la tierra. Parte desde los conductos del Volcán de La Corona hasta llegar al mar a una cota de 50 metros de profundidad.
Adentrarse por esta cueva no es tarea sencilla, se requiere de experiencia y de material para bucear. Por ese motivo, desde el año 2012 fue clausurada para preservar su belleza y la supervivencia de las especies. No obstante, su singularidad fue recogida hasta por el National Geographic.
Aquellos que tuvieron la suerte de poder visitarla aseguran que es inigualable. Una experiencia que te marca de por vida y que se vuelve imprescindible cuando visitamos el Malpaís de La Corona.
No obstante, deberemos de esperar a que un día vuelva a ser segura para todos y podamos sumergirnos en sus profundidades.